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Vida Ética, Estética y Religiosa

Ruiz Chaparro Claudia Elvira
Teoría del Hombre (6to semestre)
Vida Ética, Estética y Religiosa


Kierkegaard a lo largo de su trabajo se preocupo por la existencia de los hombres, él habla de las decisiones personales como modo de crearse a uno mismo (idea que va encaminada a formar los ideales existencialistas), de modo que al final de la vida somos nosotros mismos los que nos hemos construido en una total libertad de la que nos debemos hacer cargo.
Este filosofo a través de sus escritos y de los personajes que crea, nos muestra tres tipos de existencia que son elegidos por los hombres; el modo ético, el estético y el religioso.
Comenzare a definir las características de cada tipo de vida:

Hombre Estético: vive en el instante y busca en todo momento conseguir el placer, lo bueno, lo fácil. Vive en el mundo de los sentidos y se convierte en un juguete de sus propios placeres y estados de ánimo. Se conforma con una vida placentera exenta de dolor y de compromiso. Su preocupación principal es arrancar el máximo de placer aunque después desemboque en la nostalgia, desesperación o el anhelo de vivir goces pasados.
Piensa que la libertad se encuentra en escoger el mayor placer; por lo que sus decisiones no tienen continuidad, no se compromete ni se responsabiliza. Frecuentemente los sentimientos y los impulsos lo llevan a satisfacer el placer del instante. Este tipo de hombre busca lo que le conviene. No tiene libertad de elegir ya que no sabe como hacerlo, y aunque elija desde lo superficial, en el fondo no ha elegido. Lo lamentable en la vida estética es que se pierde a sí mismo ya que no logra crearse a través de sus elecciones.
Su objetivo es conseguir el placer supremo y evitar el dolor; por lo tanto su valor principal es el placer; y carece de proyecto. La vida del esteta lleva a la desesperación ya que se cansa de ir corriendo tras los placeres y sobre todo de darse cuenta de que al tenerlos se desvanecen.

Hombre ético: Estos hombres se dan cuenta de que algo andaba mal en su vida y deciden cambiarlo, pero este cambio transfigura toda su vida, finalmente se responsabiliza de sus elecciones y actos; encuentra el equilibrio y tiende al matrimonio o por una profesión en la que trata de perfeccionarse; es feliz en su matrimonio y en su hogar. Este hombre vive la diferencia absoluta entre el bien y el mal. Ordena su vida al cumplimiento del deber, respetando la moral, es importante señalar que este hombre no es, sino que se hace con sus opciones y llega a ser algo nuevo. Estos hombres tienen proyectos y respetan sus decisiones y palabras. Su objetivo es hacer el bien y evitar el mal, su valor supremo es el deber; tienen proyectos estabilidad y continuidad, vive sujeto al deber y al cumplimiento de la moral; su objeto es conquistar la libertad en la existencia; intenta llegar a la realización humana en plenitud y pretende realizar el bien en esta existencia y caminar en la vida con equilibrio y armonía en su relación con uno mismo, con los demás, y con las cosas. Este hombre ha caído en la cuenta de que podemos elegir e inventar nuestra vida, y de que las personas adquieren existencia en la medida que va siendo el mismo por medio de la responsabilidad y de la elección; sabe elegir, sabe lo que implica tener claridad sobre la tarea y proyecto que uno mismo se ha encomendado, lleva las riendas de su existencia en sus manos, tiene claro hacia dónde camina en la vida, sabe quién es lo que quiere en la vida y lo que debe hacer para conseguirlo.

Hombre religioso: A este tipo se llega mediante una relación muy personal y auténtica con Dios, por medio de la fe. Trata de renunciar a cualquier cosa que le pida Dios, sigue la invitación divina que rompe con la existencia. El tiempo no significa para él continuidad, sino rupturas y saltos. Su objetivo es conquistar la libertad, que puede ser en alcanzada en su plenitud en esta vida o incluso en la eternidad. Puede elegir lo absurdo a los ojos de cualquiera, pareciera que se le invita a romper con esquemas humanos y éticos. Este apasionamiento existencial de sentirse llamado de lo alto le transforma la vida. Toda su existencia es alterada, por dentro y por fuera, para que su vida esté en conformidad con el bien supremo. Vive la negación de sí mismo como una forma esencial de relación con Dios; se reconoce pecador ante Dios y sabe sufrir, su sufrimiento no cesa, es diferente al de los hombres y parece ser feliz. Esta pasión de seguir la voluntad de Dios puede hacer que pierda toda continuidad consigo mismo y hacerse otro
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3 comentarios

rolando olivo pimentel -

exelente trabajo de hecho cualquir persona q no sepa bien del tema(q es mi caso) puede entenderlo fabulosamente espero peder seguir aprendiendo mas de las lecturas aqui publicadas gracias.

Anónimo -

ola

Araceli Mijangos Medina - Psicología 6to Semestre - 16 de mayo 2006 -

Mi comentario será sobre este ensayo en particular por que creo que resume de manera muy clara los estadios de la existencia que Kierkegaard propone y de los cuales me gustaría aportar un poco más.
En el estadio estético pareciera que rige un narcisismo tan primario que es incapaz de integrar objetos, por lo tanto no le es posible comprometerse en relaciones, simplemente busca las sensaciones inmediatas, que así como llegan se van. Lo que rige los pasos del hombre estético es la nada, es decir, una angustia latente ante la indeterminación, ante la libertad de la cual se tiene que hacer responsable, y el no sabe encargarse ni de su propia vida.
El hombre ético renuncia al primado de lo sensorial. En él ya existe responsabilidad en cuanto a actos, elecciones y tratará de perfeccionarse, como dice mi compañera, ya sea en el matrimonio o en su profesión. Lo que rige sus pasos es la moral, el deber ser, el busca hacer el bien y sabe ahora que el compromiso es lo que nos mueve en la vida, la responsabilidad de nuestros actos y las decisiones que tomamos, aquí entra la racionalidad la cual calcula más no es suficiente. Se lleva una vida precisa, ordenada con leyes universales y necesarias donde importa más la moral que el amor.
Para Kierkegaard lo fundamental e ideal en la vida es la relación con Dios, la vida religiosa, todo lo demás es accesorio, es secundario. Ésta relación se basa en la fe, que es, a su vez, la verdad subjetiva; una verdad que solo es revelada en la existencia y la cual no se transmite.
Creo que todo ser humano oscilamos entre estos tres estadios, quizá somos la combinación de los tres, cada uno predominando dependiendo la situación en la que nos encontremos, pienso que dependiendo el contexto de cada sujeto se va pasando por cada uno, lo cual nos deja experiencia en la vida, y con la experiencia el aprendizaje. Tal vez conforme van pasando los años nos vamos acercando más y más al estadio religioso, que suele sonar muy idealizado, pero quizá es allí donde vamos a terminar todos: alcanzando la plenitud en esta vida o en la eternidad.